Lic. Elízabeth González Montaner
La psicología infantil en los primeros años de vida del niño posibilita a sus padres una orientación en su rol, promueve la detección de patologías del desarrollo temprano y de problemas importantes en la dinámica familiar.
Como ser padres es una función dada natural y culturalmente, algunas personas creen que no es necesario un conocimiento específico para llevarla a cabo. Muchas reacciones de un padre o de una madre son naturales, espontáneas y guiadas por sus conocimientos previos sobre el mundo, la mayoría de estas acciones son positivas para el desarrollo del niño, sin embargo puede que alguna no lo ayude a un pleno desarrollo.
Todas los padres necesitamos orientación de un profesional y conocimientos específicos para desarrollar mejor nuestro rol, posibilitando así el desarrollo sano de nuestro hijo.
En el momento actual, hemos avanzado mucho como humanidad en conocimientos sobre el aprendizaje, la comunicación, los comportamientos, las emociones, los sentimientos, etc, y es una pena que muchas personas crean que lo intuitivo de cada uno es lo más conveniente. Para figurar el tema, podríamos pensar en cocinar una torta; si no tenemos muchos conocimientos y nos contentamos con nuestras experiencias y con el aprendizaje del ensayo y error, tardaremos mucho tiempo en llegar a una torta rica, en cambio, siguiendo una receta nos será más fácil.
Ojo, pero no crean que hay una receta de cómo educar a nuestro hijo, NO, no la hay, ni tampoco la necesitamos, porque lo natural y lo espontáneo son cualidades indispensables para la educación con amor. Sin embargo, hay conocimientos y orientaciones que pueden ayudarnos en nuestro rol.
La idea es que como padres estemos abiertos a conocer sobre educación, y que en el caso que creamos conveniente o que otro significativo ( pediatra, educadores etc) nos indique como necesario, hagamos una consulta a un psicólogo infantil que nos ayude a pensar el tema que nos preocupa.
Si su hijo tiene entre 0 y 4 años, la consulta psicológica estará orientada a tratar de modificar comportamientos paternos, es decir que ante lo que se considera problemático del niño se trazará un plan de cómo deben actuar sus padres. Sólo en el caso de que se detecte un trastorno del desarrollo en el niño, se trabajará con él en primer medida desde la psicomotricidad. Si se advierten problemas de dinámica familiar, se diseñará un plan de tratamiento para los padres.
La primera infancia es esencial en el desarrollo de un individuo, de ahí la importancia que requiere nuestro accionar como padres.