Lic. Elízabeth González Montaner
El trastorno bipolar es una afección en la cual las personas alternan entre períodos de un estado de ánimo muy bueno o irritable y depresión. Las «fluctuaciones en el estado de ánimo» entre manía y depresión pueden ser muy rápidas.
Causas
El trastorno bipolar afecta por igual a hombres y mujeres, y generalmente comienza entre los 15 y 25 años. La causa exacta se desconoce, pero se presenta con mayor frecuencia en parientes de personas que padecen dicho trastorno.
Existen distintos tipos de trastorno bipolar. El tipo I en donde la persona tiene que haber experimentado al menos un episodio completo de manía con períodos de depresión grave. En el pasado, el trastorno bipolar tipo I se denominaba depresión maníaca. En el tipo II nunca han experimentado un episodio maníaco completo. En lugar de esto, experimentan períodos de niveles elevados de energía e impulsividad que no son tan extremos como la manía (llamado hipomanía). Dichos períodos alternan con episodios de depresión. Una forma leve de trastorno bipolar llama ciclotimia implica fluctuaciones en el estado de ánimo menos intensas. Las personas con esta forma alternan entre hipomanía y depresión leve. Es posible que las personas con trastorno bipolar tipo II o ciclotimia reciban un diagnóstico equivocado de depresión.
En la mayoría de las personas con trastorno bipolar, no hay una causa clara para los episodios maníacos o depresivos. Los siguientes factores pueden desencadenar un episodio maníaco en personas con trastorno bipolar.
- Cambios en la vida como un parto.
- Medicamentos como antidepresivos o esteroides.
- Períodos de insomnio.
- Consumo de drogas psicoactivas.
Síntomas
La fase maníaca puede durar de días a meses y puede abarcar los siguientes síntomas:
- Distraerse fácilmente
- Poca necesidad de sueño
- Deficiente capacidad de discernimiento
- Control deficiente del temperamento
- Comportamientos imprudentes y falta de autocontrol atracones de comida, bebida y/o consumo de drogas, deficiente capacidad de discernimiento, sexo con muchas parejas (promiscuidad), hacer gastos exagerados, estado de ánimo muy elevado, exceso de actividad (hiperactividad), incremento de la energía, pensamientos apresurados, hablar mucho, autoestima muy elevada (creencias falsas acerca de sí mismo o de las habilidades)
- Compromiso exagerado en actividades
- Muy alterado (agitado o irritado)
Estos síntomas de manía ocurren con el trastorno bipolar I.
En las personas con trastorno bipolar II, los síntomas de manía son similares pero menos intensos, llegando a expresarse como síntomas hipomaníacos.
La fase depresiva de ambos tipos de trastorno bipolar incluye los siguientes síntomas:
- Tristeza o estado de ánimo bajo diariamente
- Dificultad para concentrarse, recordar o tomar decisiones
- Problemas en la alimentación
- Fatiga o desgano
- Sentimiento de minusvalía, desesperanza o culpa
- Pérdida de interés en actividades que alguna vez disfrutaba
- Pérdida de la autoestima
- Pensamientos de muerte y suicidio
- Dificultad para conciliar el sueño o dormir demasiado
- Alejarse de los amigos o las actividades que disfrutaba
Existe un alto riesgo de suicidio con el trastorno bipolar. Los pacientes pueden abusar del alcohol u otras sustancias, lo cual puede empeorar los síntomas y el riesgo de suicidio.
Algunas veces, hay una superposición entre las dos fases. Los síntomas maníacos y depresivos se pueden presentar juntos o rápidamente uno detrás de otro en lo que se denomina un estado mixto.
Diagnóstico
En principio se deben descartar las causas orgánicas de variabilidad del ánimo. Por ejemplo consumo de drogas, hiper-hipotiroidismo, enfermedad de celiaquía, etc. Luego se requiere una evaluación neurocognitiva del paciente y se tiene en cuenta los antecedentes psiquiátricos familiares.
Tratamiento
Los períodos de depresión o manía retornan en la mayoría de los pacientes, incluso con tratamiento. Los mayores objetivos del tratamiento son:
- Evitar moverse de una fase a otra.
- Evitar la necesidad de una hospitalización.
- Ayudar a que el paciente se desempeñe lo mejor posible entre episodios.
- Prevenir la autoagresión y el suicidio.
- Hacer que los episodios sean menos frecuentes e intensos.
El tratamiento es farmacológico y psicoterapéutico. Si bien es un trastorno crónico se lograr ayudar a que las personas puedan desarrollar una mejora significativa en sus vidas.