Lic. Elízabeth González Montaner
El trastorno de pánico es un trastorno de ansiedad caracterizado por la presencia de crisis de síntomas neurovegetativos (palpitaciones, sudoración, sensación de ahogo, de atragantarse, etc.), cognitivos (miedo a volverse loco, temor a morir, etc.) y conductuales (evitación de situaciones ansiosas).
Es una enfermedad crónica, que produce una alteración considerable en la calidad de vida del paciente. Un tratamiento adecuado para el trastorno de pánico puede prevenir ataques posteriores o hacer estos menos severos y frecuentes, lo que trae consigo un gran alivio al 70 o 90 por ciento de las personas que lo padecen. Las investigaciones científicas concuerdan que el tratamiento más indicado para el trastorno de pánico es la terapia cognitivo-conductual más la farmacoterapia.
Si el trastorno de pánico es leve o moderado, y el grado de incapacidad de la persona no es tan marcado, es aconsejable sólo un tratamiento psicológico con terapia cognitivo-conductual. En los casos más graves, es indispensable comenzar con medicación.
En lo que se refiere a la farmacoterapia se administran benzodiacepinas (alprazolam y clonazepan), los inhibidores selectivos de la recaptación de la serotonina (fluvoxamina y clomipramina) y otros antidepresivos (como la imipramina y la desipramina).
El tratamiento farmacológico debe estar a cargo de un médico psiquiatra, preferentemente especialista en trastornos de ansiedad; y debe ser por un tiempo determinado. La dosificación de la medicación debe ir en descenso, en la medida en que el paciente mejore y este recibiendo tratamiento psicológico. Por este motivo, la importancia de la combinación de los tratamientos.
En lo que se refiere a los tratamientos psicológicos deben estar a cargo de un psicólogo, preferentemente especialista en trastornos de ansiedad. La Asociación de Psiquiatría Americana, estableció en 1998, a la terapia psicológica cognitivo-conductual, como la más eficaz para tratar el pánico.
La terapia cognitivo-conductual, a diferencia de otras formas de psicoterapia, cuenta con una base científica, proveniente de la Psicología Experimental, de las teorías de Aprendizaje y del Procesamiento de la Información. Las técnicas utilizadas en esta terapia actúan a nivel fisiológico (cuerpo), emocional (sentimientos), cognitivo (pensamientos), y comportamental (comportamientos). La terapia tiene como objetivo enseñar a la persona a construir pensamientos, a emocionarse, a comprender y a controlar sus síntomas corporales; formando nuevas secuencias no patológicas, incompatibles con el trastorno que padece. El propósito es que estas nuevas formas sean asimiladas como un repertorio de recursos disponibles, dentro del conjunto de la personalidad.
El modelo cognitivo del trastorno de pánico establece que un individuo vivencia una crisis de pánico, porque tiene una firme tendencia a interpretar de una manera catastrófica las sensaciones corporales, producidas durante una respuesta de ansiedad normal. Por ejemplo, una persona puede comenzar a sentir palpitaciones o un mareo, que tal vez no lleguen a más, si no interpreta negativamente esos síntomas. Generalmente la persona tiende a pensar: «viene otro ataque, me voy a volver loco, voy a morir, es terrible, no podré soportar estos síntomas»; estos pensamientos desencadenan el ataque de pánico; y refuerzan el trastorno.
El círculo vicioso del pánico se rompe aprendiendo las siguientes técnicas:
- Psicoeducación: explicaciones acerca de la naturaleza de la ansiedad y del pánico.
- Técnicas de respiración.
- Técnicas de relajación.
- Técnicas de reestructuración cognitiva (cambio de pensamientos).
- Técnicas de exposición en imaginación y en vivo de situaciones estresantes.
Estas técnicas son parte del tratamiento psicológico cognitivo-conductual, en el cual primero se evalúa al paciente a través de entrevistas, test y cuestionarios; luego se le entrega un diagnóstico a partir del cual se traza el plan de tratamiento. En el mismo se establece una jerarquía de temas a tratar, con un tiempo estimativo de duración. Luego del tratamiento se evalúa nuevamente con los mismos test y cuestionarios para dar el alta al paciente.
En el caso de que el paciente reciba medicación, se realizan informes al psiquiatra para darle a conocer los progresos psicológicos que permitan la disminución de la medicación hasta su suspensión final.