Lic. Torres, Lic. Cristanchi, Lic. Marina y Lic. Teti.
“El estrés resulta de una relación particular entre el individuo y su entorno: el individuo evalúa como amenazante algún suceso del ambiente, interpretando que éste puede poner en peligro su bienestar.”
Actualmente, el estrés se ha convertido en un estado frecuente en las personas al punto tal de considerarlo como natural. Parece habitual sentirse estresado dadas las supuestas demandas de los tiempos que corren. Pero bien: ¿todos los sucesos son estresantes?, ¿por qué a algunas personas los estresan determinados sucesos y a otras no?, ¿podemos vivir sin estrés en estos tiempos?
Para comenzar a dar alguna respuesta a estas preguntas, empezaremos definiendo estrés desde diversas perspectivas, dado que implica una respuesta fisiológica, una respuesta cognitiva y una respuesta conductual. Lo primero que podemos decir, es que el estrés es un conjunto de respuestas adaptativas que el organismo utiliza cuando algún suceso del entorno rompe su equilibrio para lograr restablecer el equilibrio inicial.
Se afirma que el estrés resulta de una relación particular entre el individuo y su entorno: el individuo evalúa como amenazante algún suceso del ambiente, interpretando que éste puede poner en peligro su bienestar. De este modo, la perspectiva cognitiva acentúa la valoración subjetiva que la persona hace de su contexto.
Este modo de interpretar los acontecimientos se verá influenciado por las características personales que establecen diferencias respecto de lo que es estresante para cada sujeto. Vivimos diversas situaciones en la vida, suceden numerosos cambios ambientales pero no todos son vividos de la misma manera por las personas; incluso por la misma persona en diferentes momentos vitales.
El modo en que interpretamos esas situaciones puede llevarnos a Reaccionar ante ellas o a Afrontarlas. Esto es, manifestar reacciones incluso desproporcionadas o asumir que estamos experimentando tales situaciones y atravesarlas de la mejor manera posible. Desde esta perspectiva, el estrés ocurre cuando el individuo percibe que las demandas de la situación superan sus recursos de afrontamiento.
Por otro lado, desde un punto de vista fisiológico-autonómico, la respuesta de estrés prepara al organismo para luchar o huir, por lo que no es en sí misma patológica; por el contrario, se trata de un mecanismo natural mediante el cual el cuerpo dispone de recursos excepcionales para hacer frente a demandas más exigentes que las habituales. Luego, superado el trance, el organismo restablece sus niveles iniciales, sin mayores consecuencias para la salud. Esto es lo que se conoce como estrés adaptativo. Ahora bien, cuando el estrés se prolonga por largos períodos sí representa una amenaza seria para la salud y el bienestar del sujeto.
El impacto negativo para la salud surge con el estrés prolongado e intenso, lo cual puede deberse a múltiples factores: por ejemplo, acumulación de varios sucesos estresantes en un mismo período; por prolongación de un mismo suceso estresante; o porque la persona posee una personalidad fácilmente vulnerable. En cualquiera de estos casos nos encontramos frente a un proceso de estrés crónico.
En Psicoeducar creemos que es posible vivir sin estrés. Por ello, llevamos adelante un Taller de Reducción del Estrés, en el cual se desarrollan diversas técnicas para identificar situaciones estresantes y afrontarlas. El mismo consta de 8 encuentros en los que a través de psicoeducación y la enseñanza de diferentes técnicas, se aborda el concepto de estrés y se transmiten herramientas para atravesarlo de manera exitosa.