Lic. Fernando Busucovich
¿Qué es?
El TDAH es un patrón persistente de desatención y/o hiperactividad-impulsividad que es mas frecuente y grave que lo observado habitualmente para el nivel de desarrollo del pequeño. Estos patrones pueden manifestarse antes de los 7 años de edad y deben darse en por lo menos dos ámbitos donde el niño habita (casa y escuela, club y escuela, la casa de un familiar y la casa de un amigo, etc.).
El Trastorno por Déficit de Atención/Hiperactividad es un trastorno de origen neurobiológico altamente frecuente en la infancia. Se estima que lo padece entre un 3% y un 7% de la población infanto-juvenil, lo que equivale aproximadamente a uno o dos niños por aula.
Este trastorno es provocado por un desequilibrio entre dos neurotransmisores cerebrales: la noradrenalina y la dopamina, que afectan directamente a las áreas del cerebro responsables del autocontrol y de la inhibición del comportamiento inadecuado. En el TDAH, que intervienen factores genéticos y ambientales, existe una alteración del sistema nervioso central que se manifiesta con un aumento de actividad, la impulsividad y la falta de atención. Si bien se expresa durante la niñez, se puede mantener hasta la edad adulta, haciéndose presente durante toda la vida.
…no quiere quedarse quieto!
Una de las expresiones mas comunes que experimenta un chico con TDAH es el enojo o el fastidio por parte de adultos o pares por que no pueden quedarse quietos o prestar la atención adecuada. Por esta causa, se considera que además de las dificultades que se presentan a nivel académico, estos chicos también pasan por situaciones sociales negativas debido a su comportamiento. No alcanzar a copiar, no entender algo, olvidarse la llave de casa, no llegar a estudiar para un examen, son solo algunas de las cosa que pueden vivir, acompañadas de frustración, sensación de rechazo e incomprensión. Hay que tener en cuenta que los chicos con TDAH no es que no quieran quedarse quietos o no prestar atención, simplemente no pueden.
¿Tiene TDAH o es inquieto?
Por lo general ser inquieto es esperable para la niñez, si bien se puede considerar que todo depende de la edad evolutiva, permanecer sentado por varios minutos ya es un logro que se puede dar durante la edad escolar. Moverse en la silla, hablar con el compañero, pararse a pedir algo, es algo que todo nene hace durante las horas de clase, sobre todo si está aburrido y permaneció sentado por mucho tiempo, pero entonces, ¿Qué diferencia a un nene con TDAH de un nene simplemente inquieto? La respuesta radica en tener en cuenta alguna de las siguientes cuestiones:
Si tiene TDAH…
- Es impulsivo, además de inquieto.
- Tiene dificultades para concentrarse y prestar atención.
- Le cuesta escuchar correctamente una consigna compleja.
- Tiene una incapacidad muy grande para planificar y organizar su accionar.
- Deja cosas sin copiar o sin hacer.
- Se olvida cosas en casa o pierde cosas en el colegio (mas que lo habitual).
- Actúa sin pensar, esto le causa problemas con los demás.
- Tiene problemas para esperar su turno en actividades grupales.
- Aún sentados se mantienen en movimiento.
- Corre o salta en situaciones inapropiadas.
- Tiene dificultades de esperar su turno o se anticipa a responder algo.
- Interrumpe o se distrae con estímulos externos mínimos.
Hay que considerar que como trastorno del nuerodesarrollo, estas características deben ser evaluadas por un profesional para determinar la presencia o no de TDAH.
Tratamiento
Por las características propias del trastorno y por las dificultades asociadas desde lo social, está comprobado que el mejor tratamiento es combinado, es decir, psicoterapia y psicofarmacología. Una dosificación adecuada de fármacos suministrados por un profesional médico para cada chico en particular y modalidades de intervenciones psicológicas que van desde entrenamiento a padres, terapia cognitiva conductual para el niño y programas neuropsicológicos de estimulación que le permitan compensar sus déficit y afianzarse en el desarrollo de rutas neuronales nuevas que mejoren su performance cognitiva para la vida en general.
Debemos lograr que el paciente con TDAH desarrolle eficiencia en su vida para sentir que puede con la misma, es decir darle herramientas para que no pierda la llave de casa, que se ponga alarma para recordar entregar un trabajo escrito etc. Así sentirá que esta venciendo sus déficits permitiéndole encontrar nuevas maneras de afrontar la organización de lo cotidiano. Es decir, debemos asegurarnos que se sienta feliz y satisfecho con su vida.
TDAH y la Escuela
En la escuela, si la docente llega a determinar el tiempo de atención y puede plantear actividades para hacer en el aula (llevar el registro, repartir fotocopias, ir a buscar las tizas, etc.), ayudará a disminuir las problemáticas sociales asociadas al TDAH. Si bien en el ámbito educativo se privilegia el rendimiento del alumno, hay que insertarlos en instituciones educativas que puedan ver la problemática sin perder de vista que los mas importante en el niño, su autoestima y sus capacidades.
¿tiene TDAH… será feliz?
Todos tenemos la posibilidad y el potencial para ser felices. Con una familia compresiva y comprometida, una institución escolar de calidad (humana y no solo académica) y una amplia gama de actividades que el chico le guste hacer, se puede llevar adelante una vida muy feliz. Si bien un nene con esta patología no podrá hacer algunas de las cosas esperables para su edad, no quiere decir que no pueda hacer nada, es mas, pueden hacer cosas diferentes que otros no se animan como por ejemplo deportes de riesgo.
Es altamente recomendable que estos chicos hagan actividades recreativas y que sobre todo hagan actividades placenteras para ellos. Si bien su atención no se modificará, si la actividad les gusta, podrán lograr mejores resultados que si la actividad es monótona, repetida y aburrida, esto aumentará su autoestima y permitirá ver mas allá del déficit. La psicoterapia además ayuda a buscar estos intereses en el chico y a trabajar con la familia la imposición de actividades que los padres quieren que ellos hagan, además de trabajar su frustración por el bajo rendimiento en actividades que requieren de una alta concentración (ya sea escolar o no).
No podemos dejar de considerar que tener un déficit no nos hace ni mejores ni peores, simplemente nos hace diferentes, y es en esas diferencias en donde la vida se hace rica. Einstein dijo: “todos somos ignorantes. Lo que ocurre es que no todos ignoramos las mismas cosas”.